Llegaste sin que te llamen.
Poco a poco te fuiste adueñando de todo
y de todos a tu alrededor.
Frágil de ojitos tristes,
caminabas y caminabas sin parar.
Al caer la noche tu llanto
no paraba de sonar.
Porque llorabas se preguntaban?
Todos en el vecindario.
Y sin decir una sola palabra
nos hiciste entender que necesitabas.
Pasaban los días y del edificio
no te marchabas.
Te habían abandonado a tu suerte.
Y fue esa misma suerte la que quiso
que tu nos encontraras.
Hoy caminas por las galerías
y acompañas a cada persona
que ante ti pasa.
Eres el guardían de nuestros corazones
que sin pedir nada ya formas parte
del edificio que te vio aparecer.
Te bautizamos Pancho
el perro abandonado
que hoy vive feliz y libre
pero al resguardo
de todos los que entendimos
tu mensaje:
solo buscabas amor, comida
y alguien que se ocupara de ti.
KASPER
Que hermoso relato, a traves de tus palabras demuestras lo grande que es tu corazon, lo maravilloso que es tu alma, nada compara como tener como amigo y compañero a una mascotita, yo los llamo BBs perrunos, nos entregan tanto amor...felicidades y muchas gracias
ResponderEliminarpor compartir esta vivencia tuya. Un abrazo
Camucha