Y un día desperté
deje de lado mis problemas,
me vestí con mi mejor sonrisa
y salí a la calle
a enfrentarme con la vida.
Me aplique una sobredosis de optimismo
y me dije "a mi esta batalla no me la va ganar
ni los problemas ni el desaliento".
Estaba solo frente al mundo,
solo frente a Dios.
Porque Dios esta en todas partes
y doy por seguro que aquí
también estaba presente.
Sentí su fuerza y su empuje a decir:
Basta!
Es hora de seguir adelante,
de no bajar los brazos,
de creer en ti mismo,
de valorar quien eres y lo que das.
Nada llega a tu vida porque si...
y muchos menos
si tu no pones lo mejor de ti
para salir adelante
de todo eso que tanto mal te hace.
Fue entonces que cerré los ojos
y me deje llevar...
sin pensar en nada negativo...
Me cuestione a mi mismo
porque estoy donde estoy
y las respuestas solas
llegaron a mi mente como fotografías
de una vida que necesitaba
un cambio y eso hice...
KASPER
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario. Muchas suerte! Buena vida...!